Las vacaciones han llegado a su fin y los más pequeños han retomado de nuevo sus actividades, entre ellas, la vuelta al cole para seguir aprendiendo y continuar con su formación.
Teniendo en cuenta que el 80% de la información nos llega a través de la vista, el comienzo del curso escolar es un gran momento para revisar la salud ocular de los más pequeños. De esta manera, si se detecta cualquier anomalía, pueden empezar las clases con unas gafas para niños que le permitan desarrollar con normalidad todas las tareas.
Los exámenes visuales son muy importantes, especialmente cuando se trata de los ojos de los pequeños de casa y es que se calcula que el 30% del fracaso escolar está relacionado con patologías oculares no diagnosticadas.
¿Quieres saber más? Atento, porque te damos todas las claves en este post.
Vuelta al cole: ¿Por qué es importante la revisión de la vista en los niños?
Si un niño no ve bien, lo más seguro es que no se queje, ya que piensa que todas las personas que lo rodean ven igual que él. Además, en el caso de que tenga cualquier tipo de problema ocular, como miopía o hipermetropía, sus tareas y actividades cotidianas se verán afectadas.
En este sentido, si es hipermétrope o miope y no lleva gafas para niños, no podrá leer o estudiar con comodidad, no seguirá de manera óptima las explicaciones del profesor en la pizarra y no le gustará ir a la escuela. Además, le costará centrarse y aprenderá a un ritmo más lento que el resto de sus compañeros, lo que en ocasiones provoca un aislamiento y un sentimiento de inferioridad en el pequeño.
El Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas de España señala que uno de cada cuatro niños en edad escolar posee alguna anomalía visual sin diagnosticar y que el 30% del fracaso escolar está relacionado con este tipo de patologías.
Por todo ello, es fundamental que los más pequeños revisen la vista al menos una vez al año y, septiembre, es un buen mes para hacerlo. De esta manera se puede detectar cualquier problema de los ojos a tiempo y atajarlo cuanto antes, ya sea con gafas para niños como con cualquier otra solución que recomiende el óptico u optometrista.
Del mismo modo, se deben realizar exámenes visuales periódicos desde una edad temprana. Lo recomendable es hacerlo desde los seis meses de edad y, si no se detectan patologías, el siguiente deberá ser a los tres años.
Dado que muchos problemas visuales se vuelven menos tratables a medida que pasa el tiempo, cuanto antes se descubran, mayores son las posibilidades de lograr los mejores resultados posibles.
Señales que indican problemas de visión
Como te adelantamos, si nuestros pequeños tienen problemas de visión, no se van a quejar. Sin embargo, debemos estar atentos a cualquier señal que indique que no ven bien, evaluando de esta manera sus comportamientos y sus actitudes.
Algunos de los síntomas que pueden ayudar a detectar que los niños poseen un problema de rendimiento visual son los siguientes:
- Se tapa o guiña un ojo para poder ver mejor con el otro.
- Se acerca mucho a la hora de leer, de hacer los deberes o de utilizar el ordenador o la tablet.
- Tiene problemas de concentración, rechaza ir a la escuela o su rendimiento en el colegio es bajo.
- Cuando está leyendo, frunce el ceño o intenta seguir el texto con el dedo. También puede ocurrir que parpadee en exceso, que no le guste leer o que mueva demasiado la cabeza cuando lo hace.
- Si lee, es posible que mezcle sílabas o que se pierda en exceso.
- Le cuesta ver bien lo que se proyecta en la pizarra, en el ordenador o en la televisión.
- Tiene mala coordinación entre ojos y mano.
- Tropieza con facilidad, ya que no calcula bien las distancias.
- Sufre de mareos o dolores de cabeza frontales después de realizar sus tareas.
- Su comprensión lectora es baja para su edad.
- Se tuerce al escribir o se sale mucho cuando colorea.
¿Qué hacer si se observa que puede tener un problema visual? Acudir cuanto antes a un óptico u optometrista para que valore la situación y pueda solucionar la patología. Lo más habitual es que necesite graduar la vista del pequeño para que pueda usar unas gafas, aunque en ocasiones tendrá que apostar por otro tipo de correcciones.
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